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Debates: ¿lista la República Dominicana?

Debates: ¿lista la República Dominicana?

Los debates siempre han constituido una herramienta pedagógica rica para la exposición de ideas entre dos o más personas. En las democracias esta herramienta ha sido utilizada como un recurso idóneo para contraponer ideas de los candidatos de distintos partidos contrarios que compiten por una misma posición.

La utilización de este recurso ha permitido a las sociedades conocer a fondo la opinión de los candidatos que se presentarán a elecciones para ser electos. Además de que permite construir una referencia de las posibles soluciones para problemáticas que presenta la sociedad y el compromiso de cada uno para trabajar estas áreas.

EE.UU es el país de mayor referencia sobre los debates electorales por la trayectoria en realización de los mismos desde el siglo XIX para elecciones locales y más adelante con la aparición de la radio y la televisión dió paso al primer debate televisado en el año 1960. Esto a pesar que fue Brasil el primer país en realizar un debate, once días antes que el de los Estados Unidos. Como resultado de la dictadura que se instaló en Brasil en el 64, dichos debates fueron suprimidos hasta el 89, en el proceso de reinstalar la democracia se celebró el segundo debate electoral antes de ir a elecciones a elegir por voto popular al presidente. 

En la República Dominicana no tenemos cultura de debates electorales, los políticos dominicanos se han caracterizado por desarrollar campañas electorales de promoción de su imagen, marketing político, relaciones públicas y sobre todo el clientelismo político para la compra del voto a través de dinero, comida y promesas.

Desde el 1987 EE.UU cuenta con una Comisión de Debates Presidenciales que instala de manera obligatoria los debates. Esto no sucedió igual en América Latina excepción de Venezuela que celebró varios debates antes de los noventa, cuando era gobernado por partidos democráticos. 

En la República Dominicana no tenemos cultura de debates electorales, los políticos dominicanos se han caracterizado por desarrollar campañas electorales de promoción de su imagen, marketing político, relaciones públicas y sobre todo el clientelismo político para la compra del voto a través de dinero, comida y promesas. Cabe mencionar además la vil práctica de candidatos que se presta para el “dime y te diré” con tal de distorsionar la imagen ante los ojos de la sociedad. Lo que además aporta al morbo que puede mover a las masas.  

En el 2016, el país presenció el primer debate presidencial realizado en el país, organizado y coordinado por Asociación Nacional de Jóvenes Empresarios en los que todos los candidatos presidenciales asistieron menos el presidente Danilo Medina que en aquel entonces presentaba su reelección para un segundo mandato. 

Previo a esto la Asociación ya había organizado debates congresuales y municipales en el 1998, 2002 y 2006. En el 2018, el diputado por el Partido Revolucionario moderno José Ignacio Paliza, presentó un anteproyecto de ley para establecer el debate electoral de carácter obligatorio para los candidatos presidenciales.

Especialistas apuntan que el debate es una práctica que se asienta con la evolución y ejercicio de la democracia. Es por esto que al principio de los 90 que comienza a explorarse la herramienta y posteriormente a instaurarse con carácter legal en varios países. 

Países latinoamericanos donde el debate presidencial es obligatorio: Brasil, Colombia, Panamá y Costa Rica. Países donde el debate se lleva a cabo por cultura México, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Ecuador, Venezuela, Perú, Bolivia, Chile, Argentina, Paraguay, Uruguay y Haití. 

Los debates no son fundamentalmente para presentar propuestas, sino para ver a los políticos de manera más espontánea dirigirse a un público amplio en interacción con sus opositores. Ver su lógica de pensamiento, la solidez de los conocimientos, el carisma natural, etc.
Rosario Espinal, politológa.

Si bien es cierto que los debates se han utilizado como herramienta aliada a la democracia que permite conocer al político que ostenta un cargo frente a otro o otros opositores de una manera más orgánica. En los últimos años los debates se han convertido en una especie de show mediático donde algunas figuras se prestan para utilizarlo como escenario ideal de ridiculizar, atacar y tratar de hundir al contrincante en televisión nacional. Desvirtuando por completo la intención y la riqueza del debate. 

Un buen debate, al que llamaremos debate académico, permitirá lo siguiente:

  • Conocer orgánicamente los candidatos, sin poses. 
  • Fortalecer la diversidad ideológica
  • Desarrollo del libre pensamiento 
  • Conocimiento de los reclamos sociales
  • Ciudadanos podrán analizar objetivamente 
  • Aportaría al voto consciente de los ciudadanos 

El pasado lunes el Consejo de Desarrollo Económico y Social de Santo Domingo anunció a la prensa el lanzamiento de Santo Domingo Debate una plataforma que busca realizar debates municipales y congresuales previo a las elecciones. Aseguraron que la iniciativa presenta un concepto novedoso, dirigido por figuras nuevas de la comunicación.


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