El Mitin
Apoya El Mitin

La 42 de Capotillo, una mirada más allá del teteo

La 42 de Capotillo, una mirada más allá del teteo

La realidad de la calle 42 del ensanche Capotillo no es nueva. Tampoco nace a partir de los teteos generados por causa de la pandemia. Lo que pasa en Capotillo es culpa del microtráfico, la delincuencia y los constantes tiroteos que le roban la tranquilidad a la gente. Un problema serio y que se extiende hace ya varias décadas; algo que conocen muy bien todos los que han gobernado el país durante los últimos 30 años.

No es un secreto para nadie que la calle 42 en Capotillo concita el interés de mucha gente. Lo testimonia la visita de figuras internacionales como la de los exponentes urbanos de origen puertoriqueño Ozuna y Anuel AA.  La popularidad alcanzada por la 42, una pequeña calle ubicada en el interior del barrio Capotillo es tanta, que hasta los  “teteos tour” se están organizando para personas con orígenes más acomodados. Ahora a los “popis” les ha cogido por ir a darse su fiesta del “bajo mundo” a Capotillo.  

Influencers y artistas urbanos son vistos con frecuencia en la calle 42 y sus inmediaciones. Por eso, mientras esta calle se “populariza” por sus teteos y todo tipo de publicaciones en las redes sociales, es oportuno referirnos a la otra realidad. Que no es nada sexy, ni feliz. La gente que habita en sus inmediaciones, lo que en realidad son, es víctima de todo lo que generan los teteos. Un ruido insoportable que no les permite descansar, disparos al aire, el consumo de drogas en plena calle y la obstaculización de las vías que impide el desplazamiento normal hasta de los niños a sus escuelas. Una vida de fiesta donde las autoridades miran para otro lado.  

La 42 pertenece al barrio capotillo, el cual está compuesto en un 90% o más por gente laboriosa y que tiene deseos de superarse. Gente decente que sufre impotentemente las consecuencias del abandono histórico de las autoridades gubernamentales. Sólo dirigen su mirada hacia la populosa barriada cuando esta se levanta en pie de guerra protestando por algo de dignidad. Por exigir soluciones a unas demandas que solo se acumulan sin respuestas.

Este barrio cuenta con una tradición de lucha; para los que no lo saben, Capotillo jugó un papel crucial en favor de la democracia. No se puede hablar de la guerra civil del año 1965 sin mencionar a esta barriada. Fue en capotillo donde se iniciaron las grandes movilizaciones de abril de 1984. Una respuesta popular en contra de las recetas económicas aplicadas por el gobierno de Salvador Jorge Blanco como consecuencia de la firma de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Es por esa beligerancia histórica contra las injusticias y del espíritu combativo de esta comunidad, que se inicia un proceso sistemático de permear sus luchas bajo una permisividad en favor de la venta de drogas y el apoyo de las autoridades que en su momento ayudaron a la proliferación de bandas delincuenciales y de los puntos de distribución de estupefacientes. 

Todo esto ha servido para que diferentes gobiernos, usen como fuerzas de choque a estos grupúsculos con el objetivo de enfrentar las manifestaciones reivindicativas que se han desarrollado históricamente en esta populosa barriada. La respuesta de las autoridades ante un llamado de cualquier tipo de protesta es la militarización y la represión. Puras medidas de policía. Mientras que en el día a día del barrio, su presencia es nula. Los constantes tiroteos entre los diferentes puntos de drogas y las olas de atracos que afectan a la barriada al parecer nunca han estado de manera seria en la agenda de los gobiernos.

La negación de los derechos fundamentales a los moradores del barrio Capotillo ha sido y es una constante; Capotillo no cuenta con los cupos suficientes para que los niños vayan a la escuela; tampoco existe un espacio de formación técnico-profesional, ni espacios deportivos, ni culturales ni áreas verdes o de recreación; solo tiene un politécnico que no cuenta con las condiciones adecuadas a nivel de infraestructura. 

Ni qué decir de los peligros en los que viven los niños y jóvenes. La juventud de Capotillo vive en un ambiente caracterizado por la falta de oportunidades que les permitan adquirir una formación integral. Que les muestre otras alternativas que no sean su vinculación con la distribución y venta de narcóticos u otras expresiones de la delincuencia.

La verdadera referencia de la calle 42 de hoy, no sólo es la fiesta. Es en realidad el microtráfico que tanto enferma a la juventud de nuestro país. Son muchas las canciones del género urbano que señalan este espacio incrustado en el barrio Capotillo, como el lugar ideal para ir a consumir drogas y pasar un ratico “chilin” sin ninguna consecuencia.  

El problema social de Capotillo, al igual que el de todos nuestros barrios, no se soluciona con macanas o represión policial. Es a través de políticas públicas dirigidas a la transformación de las condiciones de vida marginal en la que vive la gente. Es garantizando el acceso a servicios básicos de calidad, ante una realidad asfixiante, que nos convierte a los que nos ha tocado esta realidad, ser puro sobrevivientes. Si quieren unos barrios distintos, comencemos por llevar dignidad. Todo lo demás es cuento de camino. 

Lo que dice la gente

Subscribe
Notify of
guest
0 Comments
Inline Feedbacks
View all comments